domingo, 2 de enero de 2011

Un nombre, una marca.

¿Cuántas mujeres llamadas Marlene habrán ahora en todo el mundo? ¿Y sabrán cómo nació su nombre?

A los 13 años, la señorita Dietrich decide modificar su nombre, y no necesariamente como artístico sino como nombre complementario al que figura en su documento de identidad.

"Leni estaba pensando en modificar su nombre. En cuanto la maestra la volvía la espalda, ella se dedicaba a escribir variantes en las últimas páginas de la libreta, para probar el efecto. Marie Magdalene. Quedaba bien, con una e al final de cada nombre en lugar de la a. Como todas las criadas se llamaban Marie, tal vez ésta fuera la razón por la que su nombre terminaba en a. Con su tan estudiada y trabajada caligrafía alemana, escribió su nombre completo. Trató de abreviarlo: "Marialena"...  "Marlena"; le gustaba cómo sonaba. Quizás ahora quedara bien la e final que a ella le gustaba: "Marlene". Volvió a escribirlo: "Marlene". "Marlene Dietrich".  A los trece años, había inventado el nombre "Marlene"

(Extracto de Marlene Dietrich por su hija Maria Riva)



PS: Aprovecho para felicitaros a todos el año nuevo. Que tengáis salud, y que haya mucha paz y libertad.
¡Feliz año nuevo!

2 comentarios:

Unknown dijo...

Pues contestando a la pregunta que corona esta magnífica entrada decir que la cabaretera Marlene Mourreau debe su nombre a Miss Dietrich. Seguramente os preguntareis el por qué. La razón es bien sencilla y es que el padre de ella era nada más y nada menos que el chófer personal de Dietrich. Estando los dos en el coche la diva le dijo a su empleado: "Bautice a su hija como Marlene, le dará suerte"

Las comparaciones son odiosas pero como curiosidad la he visto conveniente.

Un beso grande Sergio. Y felicidades de nuevo por tu blog recién nacido. ¡Hasta pronto!

Fabrice dijo...

Hola Serch

Un día Marlene se enteró de la existencia de la actriz francesa Marlène Jobert. Se exclamó :
- Oh ! Se atrevió !

Marlène es su verdadero nombre. Con humor Dietrich señalaba que no es fácil ser actriz y llevar el nombre de un mito absoluto...

Saludos, Fabrice.